¿Qué necesitamos para crear nuestro jardín mediterráneo?
Artículo revisado por el Comité
El jardín mediterráneo se caracteriza, fundamentalmente, por el empleo de especies autóctonas, que se disponen según sus necesidades de luz o humedad.
Tener un jardín no tiene por qué llevar aparejado un mantenimiento laborioso y un gasto excesivo de agua, fertilizantes, etc. Hay muchos tipos de jardines y la elección de uno u otro debe estar determinada por muchos factores, que tendremos que valorar antes de diseñar el nuestro.
Entre ellos, queremos resaltar el jardín mediterráneo, un tipo de jardín respetuoso con el medioambiente por cuanto es sostenible, es decir, la composición del mismo se adapta a la climatología del lugar. Ello se traduce en un menor mantenimiento y, por tanto, en un ahorro económico.
¿Qué es un jardín mediterráneo?
Cuando hablamos de jardín mediterráneo hacemos alusión a un espacio compuesto por plantas autóctonas del área mediterránea. Pero no nos equivoquemos: no se trata de un jardín repleto de cactus y matorrales, sino todo lo contrario.
En un jardín mediterráneo se eligen plantas típicas de la zona, plantas que presentan gran resistencia a la sequía propia de los meses cálidos, a la incidencia del sol durante el estío y a inviernos suaves. Un espacio donde se conjugan varios tipos de planta para definir espacios de sol y otros de sombra.
En definitiva, es un jardín propio de la xerojardinería. En este sentido, se apuesta por la creación de un espacio sostenible, donde el uso del agua para el riego sea responsable y que no requiera excesivo mantenimiento. De ahí que a la hora de diseñarlo se apueste por plantas autóctonas que están habituadas a la climatología local.
¿Cómo formar un jardín mediterráneo?
Lo primero que necesitaremos es conocer cuál es la vegetación autóctona propia de la zona. A pesar de que las plantas son similares en toda la cuenca mediterránea, hay especies más propias del sur (algarrobo, higuera) y otras que encontramos en mayor presencia en el norte (pinos, helechos).
Como hemos comentado, jugaremos con espacios de sol y sombra. Por ello, seleccionaremos árboles que sean capaces de proporcionar sombra a nuestro jardín. Podremos elegir frutales (limoneros, manzanos, naranjos, granadas…), pinos, castaños, palmeras, encinas, laureles, etc.
Podemos reservar un espacio perimetral para colocar arriates y plantar en ellos plantas tan propias de esta zona como buganvillas, jazmines, parras, hiedras. Son plantas trepadoras que ascenderán por las paredes y muros que hay justo a los arriates. Le darán un toque muy exótico a nuestro jardín.
El espacio central podemos decorarlo de muchas formas. Un ejemplo es colocando rocallas con piedras alrededor de especies como romero, lavanda, tomillo, melisa, menta, hierbabuena…
Si somos más de macetas y jardineras, una idea es plantar en ellas geranios, margaritas, esparragueras, claveles. Por supuesto, estas plantas también podemos colocarlas en el centro de rocallas y alternarlas con las otras especies.
En las zonas más expuestas a la inclemencia de los rayos del sol podemos colocar plantas adaptadas a ello, como aloe vera o agave atenata, por ejemplo.
A la hora de organizarlo todo en el jardín recuerda que tenemos que tener presente las necesidades de cada especie, es decir, no podemos colocar al lado de un árbol de sombra una planta que necesite mucha luz.
Para finalizar, es menester decir que nuestro jardín no tendría ese toque mediterráneo sin unas paredes encaladas y sin el abanico de color que se crea al mezclar plantas y macetas de colores vivos y alegres.