Cultivo, cuidado y poda de la hierbabuena

La Mentha spicata o hierbabuena es una planta aromática cuyo origen no está claro, aunque la mayoría de los especialistas le otorga una procedencia europea. A pesar de que es habitual encontrar su presencia en las cocinas, siendo famosa por el sabor y el olor que aporta a las comidas, tanto frías como calientes, lo cierto es que no solo tiene un uso culinario.

El agrónomo Gabriel Alonso de Herrera nos comentaba en el siglo XVI que además de dar «gracia a muchos guisados», colocada entre la ropa protegía a esta del ataque de las polillas a la par que le daba «gentil olor». Es precisamente este olor lo que la convierte en un perfecto repelente de insectos, incluso de los molestos piojos.

A pesar de ello, esta planta es fundamentalmente conocida por su empleo para aromatizar caldos y guisos, así como para dar sabor a zumos y demás bebidas frías. Son tantos los platos que podemos condimentar con la hierbabuena que es muy común encontrarla cultivada en huertas, pero también en macetas, adornando balcones y terrazas.

¿Cuándo debemos cultivarla?

Podemos sembrar semillas y esperar a que crezca la planta, o bien adquirir una maceta y trasplantarla a nuestro huerto o a una maceta de mayor tamaño. Los expertos consideran que el mejor momento para sembrar las semillas o trasplantar la maceta es la primavera. De este modo, el frío no afectará a que las raíces de la hierbabuena arraiguen en la tierra.

¿Qué cuidados conlleva el cultivo de la hierbabuena?

A priori, es una planta de exterior que no requiere de cuidados específicos, adaptándose bien a casi cualquier clima templado. Si los inviernos son muy fríos y los veranos son muy cálidos, es más que probable que la planta se resienta, ya que, sobre todo las heladas, perjudican el correcto crecimiento y oxigenación de la planta. Por eso, lo mejor es que las temperaturas sean moderadas.

Necesita la luz del sol para su crecimiento. La tierra que elijamos debe contar con la hidratación suficiente para que la hierbabuena conserve su humedad, sin que llegue a estar encharcada. Por eso, es importante que la reguemos a menudo pero sin excedernos. Las estaciones de más calor incluso podemos regarla diariamente.

¿Cuándo podemos cortar las primeras ramas para su consumo?

Si hemos plantado semillas, tendremos que esperar a que la planta alcance los 15-20 cm para hacer la primeras poda, es decir, a que hayan pasado entre 4 o 5 meses desde su cultivo. Se puede podar en primavera o al final del verano. Las ramitas que cortemos debemos secarlas para su posterior conservación. Para ello, las ramas que hayamos podado las dejaremos secar a la sombra durante 3 o 4 días y, posteriormente, las introduciremos en tarros de cristal o bolsas de plástico para la conservación de alimentos. De este modo, tendremos hierbabuena para nuestros guisos siempre.

En algunas zonas de la costa andaluza la buena temperatura permite que podamos disponer de hierbabuena fresca todo el año, sin tener que secarla. Si tenemos la maceta en nuestra casa, podemos cortar una ramita siempre que lo necesitemos ya que el clima mediterráneo, con abundancia de sol y ausencia de heladas, evita la ralentización que se produce en el crecimiento de la planta, por lo que esta suele brotar con fuerza.

Así que ya sabéis, nada impide que nos deleitenos, siempre que queramos, con el aroma y el sabor que esta planta tan especial aporta a nuestros platos desde la comodidad de nuestra casa.