Instala la fuente que mejor se adapte al diseño de tu jardín
Artículo revisado por el Comité
Desde hace siglos las fuentes han sido uno de los elementos decorativos más importantes de los jardines. Los modelos actuales están, además, al alcance de todos los bolsillos.
Desde hace siglos las fuentes han sido uno de los elementos decorativos más importantes que se han empleado en todo tipo de jardines y zonas verdes. En España, además, esta tradición está muy arraigada gracias al legado de las culturas árabe y latina, que ya las utilizaban para aportar un toque de elegancia y distinción a los espacios. Por otra parte, y según especifican los dictados del Feng Shui, se trata de elementos renovadores de energía, por lo que disponer de una puede aportar grandes beneficios y ayudar a conseguir un mayor bienestar.
Materiales y diseños para todos los gustos
La evolución de los materiales y los diseños ha favorecido que, hoy por hoy, haya modelos que puedan adaptarse a todos los jardines, independientemente del espacio disponible o del tipo de plantas que lo conformen , y que, además, cumplan con los gustos y necesidades de cada cliente.
Así, por ejemplo, a las fuentes fabricadas con piedra, granito, mármol, terracota y todo tipo de materiales más tradicionales se unen las que se realizan actualmente en acero inoxidable o madera, que, además, pueden funcionar como maceteros, completar el conjunto de un estanque o incorporar algún tipo de iluminación o juego de luces para darle mayor protagonismo.
Realizar un buen mantenimiento
No obstante, a la hora de instalar una fuente hay que tener en cuenta una serie de condiciones como, por ejemplo, que la toma de agua se encuentre próxima para evitar un complicado circuito de tuberías que atraviese el jardín o que la bomba de agua que incorpora se ubique en el lugar apropiado para evitar un exceso de ruido o problemas posteriores.
Igualmente, todas las fuentes requieren un mantenimiento mínimo que pasa por realizar una limpieza de la instalación y del agua cada cierto tiempo. No se trata de un proceso complicado pero sí necesario para evitar la contaminación del agua y el deterioro prematuro tanto del circuito interno como de los materiales con los que esté fabricada.