Los 5 estilos del arte del Ikebana
Artículo revisado por el Comité
Los tradicionales arreglos florales japoneses, el Ikebana, van mucho más allá de una simple técnica de decoración con plantas.
¿Quién no se ha sorprendido alguna vez con los arreglos florales de inspiración japonesa que pueden verse en multitud de espacios tanto públicos como privados? Este arte floral, que recibe el nombre de Ikebana –podría traducirse como “flor viva colocada"-, realmente va mucho más allá de una simple técnica de decoración con plantas.
La importancia de la simbología
En este arte, cada flor y cada planta tienen una simbología concreta que hay que conocer para poder transmitir lo que realmente se desee con cada composición. No en vano, se trata de una técnica que nació hace siglos inspirada en las ofrendas que los fieles llevaban a los templos y que, según el tipo de flor que empleaban, buscaban uno u otro beneficio por parte de los dioses.
Además, hay que tener en cuenta el aspecto espiritual que implica la práctica del Ikebana. Los aficionados a esta técnica destacan la profunda relación que se establece entre la humanidad y la naturaleza y que, gracias a la concentración que requiere la elaboración de cada composición, se consigue la relajación del cuerpo, la mente e, incluso, el alma.
Diferentes estilos y multitud de escuelas
Actualmente, y gracias a la gran diversidad de escuelas presentes en todo el mundo es posible realizar talleres y cursos con los que, al menos, se pueden conocer los aspectos generales de los principales estilos:
- Rikka: Se considera que es la base de todos los estilos, ya que se cree que es el más antiguo –podría datar del siglo VI, cuando se decoraban los altares de los templos budistas con ramas que se colocaban en recipientes de bronce y que señalaban al cielo como símbolo de fe-. Hoy en día se combina con otros estilos más modernos.
- Shoka o ShinShoka: Las composiciones suelen incluir tres ramas y presentar, generalmente, forma triangular para representar la relación entre el cielo, el hombre y la tierra. Se trata de arreglos muy ordenados que perfeccionan de forma sencilla el estilo Rikka.
- Nagueire: Toma como base la estructura triangular y busca una armonía cromática pero la composición en sí depende de la espontaneidad de quien la cree. Uno de los arreglos más comunes se conforma con una rama larga –que se coloca en un recipiente alto tipo jarrón- y diferentes flores situadas en la base-
- Moribana: Mantiene la idea de plano tridimensional pero rompe con la estructura triangular. Las composiciones se dividen en cuatro cuartos que representan las estaciones del año y se utilizan las flores correspondientes a cada una de ellas. Para ello, se emplean recipientes planos.
- Estilo Libre: Se rompe con las normas de las escuelas antiguas por lo que se emplean nuevos elementos –por ejemplo, recipientes de cristal o plástico- y se deja rienda suelta a la imaginación del creador en cada composición sin establecer ningún tipo de limitación.