Los anti-plagas naturales

Es inevitable que, por muy bien cuidadas que estén nuestras plantas y jardines, no hayamos sufrido en alguna ocasión algún problema derivado de insectos, hongos o diversas enfermedades.

Para combatir tanto a insectos como a posibles enfermedades, existen soluciones en el mercado que van desde productos químicos elaborados en laboratorio, anti-plagas naturales, hasta la opción de combatirlos con otras especies de plantas.

En este caso hablamos de combatir los problemas de nuestro jardín o plantas haciendo uso de productos químicos extraídos directamente de la naturaleza y que no han sufrido ninguna alteración en laboratorio. Estos tratamientos son los llamados insecticidas y fungicidas naturales.

Entre los insecticidas y fungicidas naturales más eficaces encontramos:

• Aceite de parafina: se emplea como aceite de invierno, es decir, se aplica en invierno para acabar con las fases resistentes (hibernantes) de plagas de pulgones, cochinillas, ácaros, etc. en aquellas plantas que fueron afectadas la temporada anterior o que son propensas a ellos. Lo aplicaremos a finales de invierno, empapando bien la planta hasta que gotee.
• Aceite vegetal: se emplea contra las cochinillas, cuando no son muy numerosas. Podemos usar el aceite de oliva, girasol o cualquier otro vegetal. El modo de empleo es usar un pincel mojado en el aceite e ir mojando una por una.
• Agua: la podemos emplear para atacar a los ácaros, que no soportan la humedad ambiental. Llevaremos la planta afectada a un lugar sombreado y la pulverizaremos con frecuencia con agua (varias veces al día). Debemos asegurarnos que mojaremos bien el envés de las hojas. En 4 ó 5 días habrán desaparecido los ácaros.
• Nicotina: Esta sustancia que resulta tan dañina para nuestro propio organismo también lo es para el organismo de pulgones, cochinillas y larvas. Acaba con ellos de manera muy rápida al ser un potente tóxico natural.
• Azufre: este fungicida natural resulta muy eficaz para poner fin a los ácaros. Mezclado con agua se pulverizará sobre la planta.

Aunque un producto sea de fabricación casera o natural, no significa que sea inocuo, pero sí es cierto que suelen ser menos dañinos para el medio ambiente.

Foto: Ecoarbol