Solucionar problemas de drenaje en el césped
Artículo revisado por el Comité
A menudo, en césped ya implantado tiempo atrás aparecen zonas con problemas de encharcamientos. El método que aquí recomendamos es el de realizar zanjas/tubos de drenaje
A menudo, en césped ya implantado tiempo atrás aparecen zonas con problemas de encharcamientos. Obviamente se prefiere evitar grandes obras o modificaciones en nuestro jardín.
El método que aquí recomendamos para evitar grandes trastornos es el de realizar zanjas y/o tubos de drenaje en forma de raspa de pescado.
Las zanjas deberán realizarse con una profundidad de 50 cm, con cierta pendiente descendente a la zona de evacuación del agua, por ejemplo un pozo de alcantarillado, o zonas exteriores del jardín con setos o plantaciones. También podemos crear un hoyo profundo (1 o 1.5m) relleno de grava hasta los últimos 15 - 20 cm que se resembrarán de césped sobre tierra vegetal y mantillo o arena (lógicamente esto incrementa las molestias de obra por lo que se puede probar a desviar el agua a otras partes del jardín antes de llegar a esta opción).
Una vez efectuada la zanja con esa ligera pendiente, tenemos dos opciones. La podemos rellenar en su parte más profunda con grava, cubrir con geotextil e ir añadiendo gravilla, arena y tierra vegetal o sustrato hasta superficie.
Sin embargo, para asegurarnos aún más el drenaje podemos introducir primero un tubo de drenaje que dispone de microporos que dejan pasar el agua sin que se introduzca la tierra (a nivel particular se puede optar por un tubo corrugado de obra con perforaciones que se envolverá en geotextil), tapar con grava, extender geotextil, y rellenar con mezcla de tierra y arena.
Tubo corrugado
Se rodea el tubo con geotextil y ya tenemos un tubo drenante
Después se rellena con grava
Para finalizar, una vez aportado el sustrato mezcla de tierra vegetal y arena, sólo queda resemillar.
Se recomienda compactar con rodillo, rastrillar para nivelar, extender la semilla (de 30 a 50 gr por metro cuadrado), cubrirla con mantillo (sin pasarse, con un centímetro de espesor es suficiente) y volver a compactar con rodillo.
Estéticamente hablando es recomendable efectuar todo el trabajo en una época en la que el césped sembrado nazca rápidamente por lo que recomendamos hacerlo en primavera.
Podremos efectuar las siegas normales en el resto del jardín, pero como sucede en las nuevas siembras de pradera, la zona resemillada no deberá segarse hasta que el césped alcance los 10-15 cm para propiciar el buen arraigue del sistema radicular.